miércoles, 31 de diciembre de 2008

Amados Kojudopólitans

Feliz año. Que no les falten fuerzas para luchar, reír, viajar y hacer todo lo que han querido lograr siempre. Que sus amados y amadas siempre estén con ustedes. Y que no les falte salud, en la vida y en la copa.
Deseo la paz mundial. Pero el papa es un pastor alemán.
Los ama,
K.

*** Ordenanzas y restricciones: Los buenos deseos dados por K.S.K. en sus funciones de alcaldesa de Kojudópolis no incluyen la realización de ciertos bajos deseos que cada Kojudópólitan pueda albergar en su fuero más íntimo. Válido sólo para deseos de amor, prosperidad y salud. Se aplican restricciones. según ley 24246982367823xxxzxzxzkmay. Hapi niu yr. Kausachun con toos. Y como decía mi profe de historia: Viva la revolución y las papas fritas!

martes, 30 de diciembre de 2008

Si no te alcanza para el Ferrari...

Yo escupo más lejos. Mi zapato es más grande que el tuyo. Tú no escribes , yo sí. Mi carro es más rojo. Mi carro es más rápido. Mi carro es más grande. Mi carro es más caro. Mi carro consume más. Mi carro es ecológico, porque yo soy ecológico y tú no. Yo soy bonita, tú eres fea. No, yo soy bonita, tu eres fea. Tú eres un nerd, yo soy moderno. Yo tengo plata y tú no. Yo tengo dignidad, y tú no. Yo me merezco el mundo, tú no. Yo soy hijo de Dios. Tú no.


lunes, 29 de diciembre de 2008

Kojudópolis no va a la Guerra. O a la Violencia. O a la la Injusticia. O a tu Codicia.

Hace años, cuando comenzó la guerra contra Irak, los peruanos fuimos de los últimos en manifestarnos. Faltaban muy pocos días para que se cumpliera el countdown que marcó Bush cuando llegamos a hacer la marcha.
Countdown.
Cowboy.
En esa época yo todavía andaba perdida en la niebla que dejan las madrugadas. Vivía en una casa enorme y viejísima, que el barrio había apodado la Mansión de los Monster. Era de un color rosado Presbítero y había sido la casa de playa del presidente Billingurst. Vivía con Alberick G. , alias El Perro. Le encantan los perros. Ha actuado de perro. Es un elogio para él. Teníamos un televisor que se caía literalmente de viejo y al que había que cambiarle los canales con un desarmador. Clásico. Además, sólo se veía en color verde. Clásico también. Y el único canal de noticias por cable que captaba nuestra anarquista señal robada, era el de TV France. No nos quedó más que destruír nuestros oídos intentando aprender francés. Hacíamos esfuerzos enormes por estarnos quietos para que no se distorsionara la señal, mientras hacíamos esfuerzos sobrehumanos para flexibilizar nuestros aparatos auditvos y su conexión a nuestra base de datos en el cerebro.
Esa noche habíamos estado de fiesta. Llegamos a la casa del señor presidente. Subimos las interminables escaleras de madera negra. Alberick encendió la tele. A mí nunca se me hubiera ocurrido. En tal estado de desprotección ver el noticiero, ni de a vainas.
Pero faltaba tan poco para el Final Countdown. Y aún no entendíamos francés pero oíamos los gritos desesperados de la dama irakí a la que no alcanzamos a verle el rostro porque está toda cubierta, es una mujer carpa, y grita desesperada porque el Final Contdown está por llegar y han cerrado los caminos de salida, No señora, Way too late, No hay camino para ud. La mujer Irakí grita como una hiena con su hijo en brazos por que no puede regresar. Los gringos han mandado comida, pero deshidratada, y no han mandado agua. Quién va a regresar a esa mujer? Está parada en el medio del desierto. Quién le va a dar de comer a ese niño? La leche se corta con la angustia. El pecho de esa hembra es también un desierto. Es seguro. Quién va a salvar de la locura a esa mamá? Porque mañana, cuando bombardeen, se cumplirá la ley de la selva y vivirá el más fuerte...
Mañana ese niño ya no será niño, será paquete verde alzado en brazos, alzado al cielo. Será paquete envuelto en bandera verde, será polvo que ya no juega en la calle, ni ríe, ni pide un pan. Será polvo mudo.
Pero hoy, hoy es todavía dos ojitos que brillan cansados, hoy es todavía un niño. Hoy todavía es un niño que respira y es tibio y no conoce lo que es un helado pero seguro sabe lo que es un trompo, o un tanque. Hoy es el universo entero para alguien. Todo el cosmos. Todo.
Hay que hacer algo, le dije, histérica. Hay que hacer algo. Lo van a matar. Y a todas esas mujeres. Y a todos esos niños. Los van a matar. Cómo mierda vamos a dormir esta noche. Cómo mierda vamos a dormir. No tienen a dónde ir, están corriendo desnutridos en el desierto donde no hay nada sino caca de dinosaurio bajo la tierra. Hay qué hacer algo, Hay que hacer algo YA.
No dejé dormir ni a mi pobre compañero ni al resto del barrio por un buen rato. En el desayuno del día siguiente nos contactamos con la buena Nadiana C., un ángel combativo de otro mundo. También ella, estón por naturaleza, estaba sorprendida de que Perú todavía no se manifestara. Así que nos organizamos, y tomamos la esquina del parque Kennedy y el Pacífico para poner papelógrafos y plumones e invitar a la gente a expresar su punto de vista.
La primera noche, éramos sólo nosotros tres. Mucha gente pasaba y dejaba su indignación en los papelógrafos. Dos chicos se quedaron con nosotros hasta el final. Nos ayudaron a recoger las cosas y prometieron traer más plumones. Al día siguiente, ya éramos cinco al comenzar la jornada.
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(No se pierda el próximo capítulo de su absurda, cruel y milenaria bloggonovela Dos Países un Destino, auspiciado por Pepsi Kosher, Arbusto Oil Company, y Kebabs Hamás, con la receta secreta de los ancestros)

sábado, 27 de diciembre de 2008

Oh!


El gran Kojudopólitan Rafa H. encontró esto flotando en el diario la República. Me suena conocido...
Pero debieron haber puesto la alcaldesa de Kojudópolis, K. y no la actriz blablabla. Qué falta de protocolo.
Y mi Pisco Sour?
Abrazos Kojudopólitans del planeta III.
K.

Delicioso Pavo a la Kojudopólitan

Ingredientes:
- Un pavo
- Licor de almendras (Amaretto o similar)
- Jugo de mandarina (1 lt, aprox.)
- Pisco (u otro aguardiente fino, abundante)
- Mostaza (si es en granos, mejor)
- Aderezo de pavo con ají panca (un buen puñadote)
- Apio, zanahoria , poro (1)
- Crema de ajo molido
- Salsa jorvic (o cocacola)
- Mantequilla
- Un atado de yerbabuena
- Un cubito de gallina vieja
- Sal, pimienta

Relleno:
- Carne molida
- Tocino (unas cuantas lonjas)
- Guindas, pasas, almendras, lo que te plazca.
- Ajos (dos dientes)
- Comino, sal, pimienta.

Elementos:
- Una jeringa grande y gruesa.
- Pavilo.
- Un aguja grande
- Tres bolsas grandes , limpias

Preparación:
Descongele su pavo de una noche para otra en la parte baja de la refri. No sea torreja, no lo deje afuera que se pudre con el calor que hace en el trópico natural o artificial de cada hogar. Al atardecer del día siguiente, con la puesta del sol, chape su pavo, sáquelo de la refri, y retire la cabeza, las patas y la bolsa con víseras que estarán flotando por ahí adentro. Asegúrese de encontrar la bolsa, para evitar que el animal sacrificado para el importante evento sepa a polietileno al final.
Prepare aparte un caldo con esta menudencia. Incluya el cubito, el apio, la zanahoria y el poro. Hágalo hervir hasta que reduzca un poco y el sabor sea concentrado y rico. Haga feliz a alguien con las menudencias una vez cocidas: Su perro, su novio, sus suegros o padres, siempre hay alguien que ama roer un buen pezcuezo de pavo en la dulce espera cerca al horno. Guarde el caldo aparte.
Vuelva a su noble y fino pavo. Ojo la receta también puede realizarse en pollo. Clasemediero y subestimado pollo. Sale buenazo y le quita a uno la pena. Altamente recomendable. Chape su ave y el ajo. Sirva una copa de pisco. Bébasela. Agradézcale al pavo su presencia y brinde con la Pachamama. Sirva otra copa. Bébasela también. Volvamos al ajo. Agarras la crema de ajo y la crema de ají panca y embadurnas tu pavo con esto. No te preocupes, huele fuerte pero a él le gusta. Le echas la sal, la pimienta y la mostaza. Ahora coge la botella de amaretto y dale un buen trago. Luego brinda con el pavo, y dale una media botella a él. Va a kedarse mobido por el effeto del alcoool. Aprovecha ke se marió y báñalo con la mandarina. Apenas reaccione le zampas un cuarto de botella de Pisco y ke no joda. Listo. Ahora sí, toma la botella de pisco y tómate otro shotcito, te lo mereshes.
Mételo en una bolsa plástica con todos los jugos, la cierras y la metes en otra, y en otra. Para que el pavo esté bien remojao. Y a dormir hasta el día siguiente.
Al día siguiente, con la puesta del sol y sin resaca, agarras la botella de pisco y separas un vaso del brebaje. Te lo bebes. Chapas una sartén y le echas un shorro de aceite de oliva y un poquitititito de mantequilla y zampas todo allí. El ajo, cuando esta bronz, le echas el tocino, las pasas y guindash y webadas navideñas y sa sal y la pimienta y el romero y el comino y al final la carne molía. Dale una vuelta y tómate otro pisco.
Ahora sí. Pon a calentar el horno y no te olvides koju porque te inshendias. Chapa tu pavo y dile que le va a gustar. Chapas el relleno y con cuidado lo rellenas por abajo. Si se te hace difícil, es que le estás rellenando el cuello. Una vez que introdujiste el material, chapas tu aguja y tu pabbilo y le coses la piel, para que no se eshcape el rilleno. Ah, ah, ah... métele también una ramita de yerbabuena. No importa sshi no tiene mal aliento.
Ahora chapas la mantequilla y la salsa Jorvic ( o cocacola) y le das una manito de gato, khomo khienn dize una makilladita pa que esté guapo este pavo sobrao, borracho komún. Coge la botella de amaretto y sírvete una copa para la eshpéra.
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Koju, te olvidashte, mete el ave. She demora khomo dos o trs horas si el horno es a leña y a eléctrico no shé kuanto tiempho thiene ke estar allí el kondenao. Tu pínshalo una y otra vez, y si ya no corre ni sangra es que ya eshtá listo el pavo putasss y te lo puedes komerr. No te entretengas con los cuetes que el ave no eshpera y puedes shenar carbón. Ojito, ojito, borrasho. Ahh, miolvidaba. Agarra la inyectable, klienta el kldo de pavo y mientras el apvo eshtá en el horno, dale una buena sheshión de messotherappia. Píchalo, una y otra vez, e inyéktale el kaldito. The lo agradezzzerá.
Una vez lishto srevir con arrozzz árabe y ensaladita de papash con Mazzana, prender velas, beber otro pisco y dejar que el resho dizzfrute mientras uno she rekupera de la ardua labbor.
Total, el Pavvho sabe másh ricco al día shiguientthe.
ZZZ.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Nostálgikon

En ése tiempo, mi hermano era todavía flaco y chiquito. Reventábamos cuetes con Gunter y Hali, sus amigos skaters, mucho mayores que él. Muy flacos, despavilados y skaters. Tiempo después, Hali, el mayor, se lamentaba, Cómo no te saqué la mierda cuando pude, mi hermano ya era entonces enorme y Hali se rompía siempre los tobillos o las muñecas montando. Pero en ése tiempo mi hermano era menudo y deportivo, tenía siempre calor y perdía sus chaquetas. Salíamos de noche. Hacia la una. Ya el viento había hecho su trabajo y todo el barrio olía a la polvora de los cuetes que se reventaban más arriba, en los barrios populares. Gunter y Hali eran mucho más callejeros que nosotros, no sólo por ser mayores, sino porque por esas cosas que pasan en Latinoamérica nosotros vivíamos en una calle bien y ellos a dos cuadras, donde ya no era un barrio bien. Osea, nosotros éramos de Higuereta, manyas? Ellos de los Sauces. Y una cosa es Surco y otra Surquillo. Por eso, básicamente, mi mamá no los quería en absoluto. Y porque, cuando nos embargaron, escuchó a Hali decirle a mi hermano luego de un largo silencio, Sin embargo, Christian... Rompiendo así todo el decoro y pomposidad que la situación requería según los cánones de comportamiento de la zoociedad a la que mi madre pertenece por formación y fé. Todos se rieron a carcajada suelta - todos, por que los skaters andan todos en mancha- y ya nadie recordó que era el momento de machacar al responsable de la economia familiar, osea el Pater Familias. Cosa que, sospecho, fue el detonante del odio materno.
En ese tiempo, celebramos varias veces navidad en apagón. Y año nuevo también, naturalmente. Mamá había cedido completamente al desencanto. Y sin mamá es difícil la navidad. Papá conseguía por lo general un pavo , más por lo simbólico que por otra cosa, y porque a mi hermano le encanta. Una navidad no se pudo, pero yo me gané un pollo en una rifa y salvamos la situación. Un espiritu combativo nos unía. Nosotros somos como gitanos, como piratas. Libres. Pero Cristo nos cae más que bien. Creemos que no tiene nada que ver con el papa o con el banco del Vaticano. Y lo importante es que era su santo. No importa qué. Es su santo, y hay que celebrarlo. Como los piratas. Como los poetas.
Llegaban en medio de la bruma y silvaban en la puerta de la casa. Nosotros pedíamos permiso y salíamos un ratito. Nosotros ya teníamos preparados cuetes y cuetecillos, y ellos llegaban con el pavilo y la artillería pesada. Reventábamos los cuetes después de la gran racha de las doce, eramos las lacras que no dejaban dormir. Ese era un poco nuestra misión en la vida, literal y metafóricamente. No dejar que la gente se duerma.
Me gustaba estar con mi hermano en la esquina, reventando cuetes con sus amigos. Yo siempre me abrí mi propio espacio, porque para su mala suerte, yo soy La Mayor. Pero en ese entonces yo ya tenía claro que mi hermano crecería un día y sería un hombre. No se lo demostraba, pero lo apreciaba, lo respetaba. Era fantásico saber que él también me aceptaba, que él también me admiraba. Sobre todo, saber que era su mejor amiga. Teníamos un ondón. Eramos muy cercanos. Eramos hermanos y nuestro cuco no estaba en el closet.
Supongo que eso nos hizo fuertes.
Recuerdo los días con mi hermano. Todos los días con mi hermano. Todos esos días son mi infancia, mi yo que fuí, el tiempo en que dejé de ser una niña para no dejar de serlo nunca. Toda la soledad del mundo. Toda la pena. Todos los techos. Todos los trapos secando al viento. Todos los días grises de colegio. Toda la risa. Todo el amparo. Toda la libertad. Mi hermano.
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Nostalgikón, tan navideño.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Muestra abierta

Hoy termina el taller de performance que he estado tomando esta semana con la gente de LOT, La Otra Orilla. Genial. Ha sido un seminario muy rico, donde hemos aprendido un montón sobre lo que es la perfo en sí, y donde hemos tenido espacio para conversar casi con treinta artistas de distintas ramas. La muestra abierta es hoy a las 5 pm. Jr. Belén 1044. 5to piso. Dijeron que pasen la voz sólo a la gente cercana y eso estoy haciendo. Recuerden que no cuesta y que lo que van a ver no es un montaje final, sino una muestra abierta de un taller de una semana. No se porque quieren que recordemos eso. Será para que no rajen los rajones. En fin.
Saludos Kojudopólitans. Y si pueden vengan, que Carlos Cueva está loco y vale la pena ver sus procesos.

A Otra Cosa

Butterfly.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Need new caminos to walk


Taitagrande, por tu santo, regálame unos zapatos para ver si esta vez aprendo a caminar.
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.Los necesito.
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Gracias.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Uy

El otro día fuí a Patagonia - el Bar- por el cumpleaños de la buena J. Había mucha gente allí. Y entre ellos, una Kojudopolitan confesa. Me contaste que leías Kojudópolis y que es más, eras tú la chica que lo leía en Viña del Mar el día del Guau Internacional. Me lo dijiste en frente de otra gente y yo me sorprendí tanto que no atiné a saludarte como Dios manda...apachurrarte, saber más de tí...invitarte un pisco...

Actuar, escribir, es fácil. Lo difícil es el mundo.

Un abrazo muy grande para tí, aunque un poco cybernético y tardío.
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.gr
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Otro sí:
En el mes navideño, una selección de cielos.
Abrazos,





K.





domingo, 7 de diciembre de 2008

Tolerancia 1.

1.
A. M. es el director del diario Corroe (Jjjjjjzxzx...lo siento, gran lapsus disléxico) de Lima. Es un diario digamos, de centro. Pero A. es muy criticado aquí por un sector, por que él es creyente de la economía libre de mercado. Es de derechas económicas. Por otro lado, es defensor del medio ambiente, y le importa un pepino lo que la gente haga con su vida, así que si quieren casarse los homosexuales, pues que lo hagan y que sean felices. Eso dice. Yo le creo. Hay muchas cosas de él que desentonan con mi filosofía, con mis gustos y hasta con mi modus vivendi. Pero he tenido la (mala) suerte de conocerlo en persona, y me cae simpático. Un día estábamos con unos amigos en una reunión y le pedí que me hablara un poco sobre turquía. Estaba haciéndo la Noche Arabe y sabía que él había viajado allá con una amiga. Turquía? Me dijo, Claro. Sacó un lapicero del saco y me comenzó a dibujar en una servilleta el mapa del encuentro entre occidente y oriente. Mira: esto es Grecia... aquí termina Europa... Y luego me habló de los últimos 100 años en la historia de Turquía. Y luego de los últimos 3000. Y de la personalidad de Mustafá Kernal V. Atatürk. Todo de modo muy ameno. Tomando una decentísima cerveza
Soy una desconfiada y una gitana vieja, pero sospecho que con el tiempo, podría ser inevitable sentirlo muy amigo.
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J.P. es alguien a quien quise y quiero muchísimo. Un tipo extravagante y a la vez sumamente discreto. Cuando lo conocí, hace diez años en el Dragón, tenía armas hechas a mano por él en la maletera de su auto. Cachiporras, mazos, hondas. Confirmé que no hubiera restos orgánicos en ellas antes de continuar con nuestra amistad. J.P. resultó ser encantador para mí. Raro, exquisito, silencioso, sumamente observador e inteligente. Con un gran sentido del humor , como corresponde. Y ningún sentido musical. Siempre tenía las mejores sustancias consigo, y convidaba. A todos. Vivía en San Isidro y juergueaba todas las noches menos el domingo, que no hay a dónde ir en Lima. Pero la seguía en casa. Sospeché siempre que era una persona muy sola. Un día dejó de aparecer y volvió 6 meses más tarde. Dónde estabas? Haciéndo un master en Canadá. Anda! En qué? No pues, un master, un master... Se había ido a una clínica a desintoxicarse. Y cómo has hecho para pagar eso? Entonces me contó que de eso se trataba. Que tenía muchísima plata porque era huérfano de padre y madre. Que los habían matado en una emboscada y que estaba jodido porque aunque tenía un huevo de plata se la se estaba pichanguando toda. Que tenía que parar para saber por dónde segui la ruta. Tenía los ojos bonitos y grises. La voz seca.
Para cuando supe que era fujimorista, ya era tarde.
Ya era un hermano para mí.

Si un día llegara la hora de enfrentar ideas, cada uno estaría defendiendo su campo. Ellos estarían en su trinchera. Y nosotros en la nuestra. Y si nos enfrentamos tendría que ser a muerte. Como dicen que Dios manda. O tú o ellos, o tú o ellos. Esa estúpida, antigua canción de cuna. Pero por habernos querido tanto, como hermanos, un día podría pasar. Podría suceder. Que cambie la letra . Y tú y ellos. Y tú y ellos.
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Qué lindo!
Y nadie le revienta los sesos a nadie.
Fiesta.

Otro gato...


Su hijo no come vegetales?
Intente de nuevo con esta sencilla y nutritiva receta.
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(!!!???)

martes, 2 de diciembre de 2008

Pablo Acota

pablo dijo...
Claro, recuerdo muchas cosas de la casa de Grau, y también de la temporada de Cuzco cuando eras una chica sana, de la casa de Grau recuerdo que por ese entonces tú actuabas en las telenovelas, en una que llamabas "María Embolia", y en otra que llamabas "Isabola". Quizás en una sola, y después actuaste en la siguiente. Me acuerdo que nos ibamos a la habitación de F., y el televisor que era en verde y blanco apenas daba la señal, apenas si aparecía claramente dibujada la cara de Diego Bertie que te sacaba la mierda en una zanja, en una escena. ¡Qué se habrá creído, ese imbécil!, que venga no más a la casa para sacarle el ancho, decía F., indignado de que te maltratara en la pantalla chica, y te reías y nos reíamos. El problema es que iba la señal del televisor por la precariedad de las condiciones, y tú le decías a F.: ¡Por favor, por favor, F. arregla la antena, arregla la antena que viene una escena importante!. Y claro, era muy chistoso, era chistosísimo en realidad, porque la antena era una antena de conejo anterior a la cultura Chavín de antigua, y había que reacomodarla de cualquier modo para ver otra escena de esas adaptaciones de época de las telenovelas peruanas de ese entonces, fines de los 90s. Y también recuerdo una vez que abrí la puerta de la casa de Grau, serían las 7 de la noche y todavía no habíamos empezado a tomar ningún trago y quizás estaba sonando el hipersocorrido cassette de Clandestino de Manu Chao, y abro la puerta y encuentro a un señor que decía ser el fiscal, que estaban haciendo redada en toda la cuadra, y entonces querían saber si las putas se habían pasado por los techos a las casas de los costados, y si había alguna "meretriz" suelta por ahí (así dijo, meretriz y no puta). A mi me dio risa, no sé porqué sentí que esta era una oportunidad para reirme mucho y le dije que iba a verificar, totalmente serio, como si realmente lo fuera a hacer. Y le cerré la puerta al fiscal y comencé a caminar para mirar en los techos, pero lo mismo que en una película de Buñuel, que Fernando Rey le indica al policía que vaya por el camino equivocado y después le señala a su hijo o a su mujer, que por algo es anarquista, simplemente estuve esperando un momento, para volver y decirle de nuevo que no, que no había ninguna meretriz por ninguna parte, había revisado bien la casa. Los chiquitos terokaleros, que habían sido despedidos de todos los lugares, encontraban un pequeño recodo, un refugio, muy temprano en la madrugada, en la puerta de la casa de Grau, donde más bien lo que me asustaba es si se alojaban las gitanas en la esquina del Museo de Arte, me asustaba porque quizás, me era imposible dejar de envolverme en sus rostros inescrutables, y su verborrea incontenible. Y bueno, como estoy en Cuzco no fuimos a Cadillacs, pero igual tuvimos una pollada profondos un billete de avión de un amigo que se ha quedado varado, que ya sabes como se vive en Cuzco, al toque y sin tanta huevada. Y escuchábamos Cadillacs desde temprano, sí, normal si los grupos ahora sólo llegan a Lima.

Nunca había hecho esto. Pero es que este koment testimonial no podía pasar y perderse. Este es mi amigo Pablo. Pablo era uno de los Brujos cama afuera, digamos, aunque esa es sólo una formalidad. Cuando lo conocí, hace mucho tiempo en Cuzco, él no hablaba y yo me había olvidado de cómo funcionaban los músculos para reír. Ahora gracias a Dios mi risa espanta a los gallinazos y él tiene un cerebro impresionante, habla y lo hace con mucha gracia. Su blog es http://desiertoeneldesierto.blogspot.com *** No era Diego Bertie! Era Ana Colchero la q me pegaba! Jajajaja...igual le dí mecha.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Los Cadillacs y Uno

Entonces llegó finalmente el sábado 29. Yo tenía mi entrada desde hace un mes conmigo. Son Los Fabulosos Cadillacs, 10 años después. 10 años después. Qué hacía yo hace 10 años? Quién era uno hace 10 años? Creo haber vivido en el Centro de Lima, en la cuadra dos de la av. Grau. Habíamos llamado la casa De los Brujos, ya que antes había sido de los Bichos, una agrupación teatral. Y los Brujos eramos E. -que en la época se llamaba H. - F., y quien les habla.
E. y F. eran artistas plásticos, estudiantes y dirigentes estudiantiles de la Facultad de Arte de la Católica. Teníamos muy poco dinero y muchísima pena. Pero más risa y salsa, y nos divertíamos a lo grande. Yo formé junto con la extsma. Dra. P. Martínez la delegación juvenil CGP, Cuidado Gente de Paz. La casa estaba siempre llena de sus trabajos a medio terminar, de nuestras pancartas, de las propuestas para las instalaciones, de elementos teatrales nuestros y ajenos. El lavaplatos estaba siempre lleno, pero F. y yo le perdonábamos a E. -entonces H- que no lavara los platos, por ejemplo, porque E. nunca se enojaba. Siempre estaba de buen humor a pesar de su pena y salía con alguna esquina chistosa y no quedaba más que reírse con él, hacer uno mismo la chamba e invitarle un café con ron, que ya son las 11 de la mañana. Sin embargo, concientes de la depresión galopante que sufríamos los tres a coro y a veces también en intervalos, intentábamos mantener la batalla contra la molicie con ferocidad. Cada 28 días aproximadamente, poníamos un casette de F. con marchas de los italianos carbonarios. O el lado B, que era de los revolucionarios que lucharon contra Franco en España cuarenta años atrás. La marcha nos ponía pilas y nos permitía batallar no sólo contra nuestras muchas adicciones, contra nuestro alcoholismo y depresión galopantes, no sólo contra el gobierno tirano de Fujimontesinos y sus helicópteros dando vueltas sobre el solar de la casa, sino también contra Lima en sí, contra el Centro, contra la esquina más contaminada del Perú que es sólo a dos cuadras de la casa, en Abancay con Grau. Aquí colgamos la ropa y la sacamos negra del cordel. Imagínate tus pulmones sin contar todo lo que fumas. La marcha nos ponía pilas, encauzaba bien nuestra tensión por batalla higiénica. También escuchábamos un disco que yo tenía. Era el disco del Matador, de los Cadillacs.


El sábado 29 me encuentro un parqueo guiada por la Luz del Todopoderoso por el que pagué 10 soles. Llego sola, encomiendo mi VW a Jesús y a San Judas Tadeo. Confirmo que tengo mi entrada. Pongo el brazo de fierro que engancha el embrague al timón ya que a los santos en el centro nunca les viene mal un refuerzo. Corro. Es tarde. Puchos. Puchos de Oriente. Encendedor. Dejo el teléfono, igual no hay señal. Corro. El concierto va a empezar. Llego al estadio. La entrada para Fabulosos? Al otro lado, por el otro lado. Corro. Finalmente llego a la cola. No mucho después estoy adentro. Me encanta entrar a los estadios en los conciertos. Me sigue pareciendo fascinante. Las paredes de gente dispuesta a pasarlo bomba me alegran como cuando de chica iba al circo. Ví algunos niños, qué machos. La energía de tanta gente es como estar en un mar bravo. Busco mi lugar entre la gente. Lo encuentro.Alguien tira su vaso y nos baña en cerveza. Siento una sed extraña, celular. Pronto un grandazo se para enfrente mío. Le paso la voz, no te pases, grandote. Una vocesita amable se ríe de la situación y empieza a conversar conmigo. Pensé que era la novia, pero era sólo una amiga. Se llamaba P.

Era maravilloso desayunar con los Brujos. O almorzar. Cenar también era fantástico, a menos que saliéramos a cenar fuera. Por que por alguna razón ya no volvíamos. Creo que la gente nos quería o nos quería ver muertos , pero sencillamente nos encontraban por la calle, o nos los encontrábamos por ir a comer ravioles al Quierolo y nos dábamos con los amigos que nos querían o nos querían ver muertos y no paraban de intoxicarnos y darnos de beber. Por lo general lo pasábamos fantástico a pesar de la pena y de la narcolepsia de F., y nos dábamos soporte conjunto durante la resaca. F. cocina muy bien, y mis fideos son conocidos por reconstituyentes y terapéuticos. Esa. Entonces hablábamos, siempre alrededor de la cocina. Teníamos buenas ideas. Ganas. Muchos amigos artistas, abogados, estudiantes de todo tipo queriendo hacer un cambio. Y el cambio un día llegó. Y después de eso toda la fuerza que habíamos llegado a ser se disolvió. Más o menos, como el movimiento grunge o el jipi, sólo que mucho más rápido. Me preguntas qué pasó? Yo creo que fue el trago, y las engañosas toxinas que en el Perú se encuentaran. Hay ciertas cosas que no puedes hacer si vives en Lima. Si estás de paso, bueno, pero no si vives aquí. Si eres peruano o residente y tomas esa ruta, estás condenado al deterioro. Mieles tóxicas a la vuelta de la esquina, o por veinte soles llegan en moto. Olvídalo. Mal plan.

P. resultó simpática, locuaz y amiga de mi hermano. Fumadora feroz. No había pasado una hora de concierto y yo ya no tenía tabaco de oriente. Mi cajetilla de puchos se veía peligrosamente adelgazada. A la mitad del espectáculo me sorprendió de nuevo esa sed rara, urgente. Me dí cuenta de que estaba en un concierto, y que esas cosas pasan en los conciertos. Un calor absoluto. Sopor. Me voy a desmayar. Me estoy deshidratando. Busco en mis bolsillos y recuerdo. No he traído nada de plata. He dejado todo en mi cartera. Debajo del asiento de mi auto. A cinco cuadras del estadio. La pienso y se lo digo. P., por favor, préstame plata para comprar agua porque siento que me van a sacar cargada. Me dió vergüenza pedirle plata sin conocerla. Lo que se dice en Lima, roche. Sin embargo P., muy buena onda, se puso en camino conmigo hacia el agua.

Antes, yo era una chica sana. De verdad. Bueno, más o menos. Cuando terminé el colegio y en un intento por salvar mi vida , me fui a vivir a Cuzco. En esa época dejé hasta de comer carne. Cuando llegué allí ya sabía que el alcohol sacaba lo peor de mí, así que dejé de tomar. Sólo fumaba. Tabaquito peruano y tabaquito de oriente. Y de coca nada. Hacía rato había visto que era el puto Innombrable, el Coludo mismo. En ese tiempo era una chica inteligente y sana. Trabajaba en un bar miserable. Una noche, cuando ya estaba en Cuzco casi 8 meses, cuando ya extrañaba el olor del mar a muerte, tocaron los Cadillacs en el festival de la cerveza Cuzqueña. Pedí permiso para ir. Adoraba a los Cadillacs pero había algo más fuerte que la fanaticada: extrañaba mucho a mi hermano con quien escuchaba su música. Mi hermano skater, mi compañero. Lo extrañaba mucho y quería saltar en el concierto y contarle, Mano fuí, estuvo mostro, sobre todo porque él por ser menor había tenido que quedarse sólo casa que en ese tiempo ya era un infierno. Me sentía morir por haberlo dejado sólo ahí, aunque él supiera que sólo intentaba salvar mi vida. Quería ir, ir y contarle. Pero, naturalmente no me dieron permiso y me quedé en el bar miserable escuchando el concierto que sucedía en Sachsayhuamán mientras yo me congelaba los dedos lavando vasos en Miseria Bar & Lounge. Al terminar, fuí al Mamá Africa a buscar a mi amiga Dul - mayores referencias aquí -. Ella trabajaba allí. Cómo estás, hasta el culo. Porqué. Quería ir al concierto de los Cadillacs. Ya. Si. Y no te dieron permiso?. No. Que kagada. Si. Bueno. Quieres un trago. Bueno. Pausa. Sabes. Han venido unos amigos de Buenos Aires. Se van mañana y quieren ir a ver el templo de la Luna. ´Tas loca? Son las tres de la mañana. Ya, pero ellos se van mañana por la mañana, y quieren ir a conocer, Vamos?.Pero tú los conoces? Los conoces bien, bien? Son mis patas, son de mi barrio, de Palermo Viejo. Pero está lejos, qué frío. Vamos a ir en taxi y volvemos. Nunca había ido a las ruinas en Taxi. Vamos floja. Bueno. Bajo. Todavía estoy sonada por la impotencia. Todavía retumban en mis oídos los tambores lejanos que no pude bailar. Bajo las escaleras, no estoy prestando atención.Abajo ya nos espera un taxi amarillo, una station vagon. También está nuestra amiga chilena, Niní. Vamos, ya? Subo al auto. Un pelado y uno más gordito se suben también. El sitio del copiloto está libre. Tienen una energía intensa y me asusto un poco. Ya no se si sea tan buena idea. Sin embargo, me quedo. Creo en profundamente en Dul. Alguien abre la puerta del copiloto y sube rápido, como quien sale de un aeropuerto. Comenta algo con el taxista. Veo su perfil. Sus pestañas largas de borracho. Era Vicentico. Partimos.

P. y yo habíamos logrado con éxito nuetro objetivo de conseguir líquido elemento. Un maravilloso ambulante fue mi oasis y me tomé la botella casi de un trago. Efecto esponja. P. también bebía pero ella no tenía tanta sed. Estuvimos viendo el concierto desde lejos, que se ve mejor. Pero pronto comenzamos a extrañar la locura de la gente y comenzamos nuestro camino hacia el kaos. Le dije a P. Tu anda adelante que sabes dónde está tu amigo, y ella comenzó a andar. Habíamos avanzado unos seis metos cuando veo que P. abraza a una chato de camisa negra. Yo en realidad no la conozco, así que en ese momento mi cerebro procesa: a: Será lanza la chata?, b: Será una técnica seductora para avazar?, c: Será su pata? Y mientras pensaba estas cosas entre ellas por qué no avanzas de un vez, veo que P. se tambalea, se cae para un lado, choca contra la gente que por instinto se abre, no cae, choca contra otra gente que está detrás. Se desmaya! No jodas! Por fin se da cuenta mi cerebro de la ecuación alucinante. Se cae. Reacciono. La chapo al vuelo. Tranquila. No te caigas. Permiso. Abran paso. Permiso. Permiso por favor. Empiezo a sentir el calor. Permiso. Algunos no se mueven. Piensan que... Qué piensan no sé. Me acuerdo de cuando en la calle tratan de pasar las ambulancias, nadie da pase, están todos locos. Permiso! P. se desploma del todo en mi pecho mientras la abrazo, ahora sí pesa. Vomita. Vomita agua. Permiso! Permiso conchetu...
Antes de ponerme ordinaria o grosera, dejo a P. en el suelo de costado donde ya no había tanta gente. Para que no se muera como estrella de rock ahogada en sus vómitos, pienso. Salgo corriendo a buscar a algún tipo de seguridad y me acuerdo de la cartera de P.. Regreso. Una mujer sabe lo que es una cartera. Ahora sí. Corro. Veo a un tipo fornido con polo rojo y casi lo mato de un infarto. Socorro! El muy kojudo se fue al concierto con un polo del mismo color de los de seguridad. Pero era un fumeta cualquiera. Me doy cuenta por su polo sin iniciales y por su cara de urgente disentería, recién noto que lo tengo cogido del brazo y que allí está su novia. Lo suelto, sigo corriendo. Todo parece un video juego. Por fin veo a un tipo de seguridad. Confirmo preventivamente las siglas del polo. Lo agarro desprevenido y casi lo mato de un infarto a este también. El fulano fornido pegó un salto kojudísimo, sólo le faltó gritar miau. Yo también salté del susto por su susto. Cuando le ví la cara me dí cuenta de que era hora de que me calmara un poco. Me entró una risa loca que disimulé al vuelo mientras empezamos a correr hacia P. Juraría que al tipo de seguridad se le habían literalmente parado los pelos al verme aparecer como un loco calato de entre la gente. Y que sus labios se habían puesto súbitamente de un suave color verde palta. Allí supe que todo estaría bien. Que la chata se había desmayado por fumeta, y por tener, gracias a Dios, la barriga vacía. Parada en la puerta del tópico noté que estaba húmeda de sus sustancias. Pero me sentía contenta. No olía, P. estaba bien, la cartera estaba allí con ella, y yo tenía una historia para contarles. Me acordé de pronto que hacía un rato yo me había sentido mal, y que ella me había dado de beber. Qué hubiera pasado si ella hubiera decidido no hablarme. Si no me hubiera invitado el agua. Si no hubiéramos estado juntas en ése momento. Más adelante y a los lados, la magnífica fiesta seguía como un dragón inmeso que se traga la pena. Los Cadillacs Cantando para vos.


Llegamos al Templo de la Luna por senderos oscuros llenos de baches, sin contratiempos. Cuando bajamos del auto lo saludé. Hola, le dije. Hola, dijo él. Muy amable. Y siguió andando. A mi ese señor me parece de lo más sexy del mundo, y yo estaba muy soltera, y muy mística, y dispuesta a aceptar cualquier regalo que me viniera del cielo sin buscarlo. Pero al llegar al Templo, mientras los otros dos músicos fueron a ver las ruinas, el Gitano Calavera se fue sólo a ver la luna más allá, trepando una colina. Me quedé viendo a dónde iba. Lo que hacía. Me gustaba mucho de verdad. Mi lado femenino despechado, probablemente, me sugirió que su alejamiento podía ser una pose de rock star. Pero algo me decía que no era eso. Tal vez el lenguaje no verbal. Uno sabe mucho más de lo que cree saber. Uno sabe todo. Le pregunté a Dul qué onda ese chico churro que me gusta, y señalé la colina. Quién, él? Si. Uy, me dice, está jodido, se acaba de enterar que va a ser papá. Anda! Y qué, que pasa, no está contento? No, me dice, está feliz, no lo puede creer. Y por qué me dices que está jodido? No, está jodido para tí, digo... El está casado, adora a su mujer... Dul me enseñaba cosas siempre. Voltié a mirar a este chico mítico que miraba la luna. Eso era lo que tenía, pensé. En el silencio, bajo el cielo lleno de estrellas, recordé algo que no recordaba desde niña, y era que lo sagrado también podía ser real, tangible.

El concierto continuó, sin contratiempos. Hubo dos cosas que me llamaron la atención. La primera fue que cuando tocaron el Genio del Dub, su mega hit, el mensaje que dió el genio en un susurro subliminal fue si no vas a terminar lo que comenzaste una vez, que me pareció un mensaje clarísimo a nuetsra generación un día combativa y questionadora, hoy cómoda y panzona generación X. Recordé entonces a los Brujos. A quienes no veo ahora casi nunca aunque seremos siempre hermanos. El otro momento importante fue cuando tocaron precisamente Matador. Cuando vino la parte de cantar yo no voy a la guerra, a la violencia, a la injusticia, ni a tu codicia..., Mr. Tico nos pidió a todos bajar mucho la voz. Quiso que cantáramos esa parte en un gran susurro, como un peligroso secreto. Alguien gritó y dijo, Eso, a ese borracho hay que sacarlo, riendo. Lo intentamos. Intentamos recordar lo que ese coro significó una vez. Hicimos un gran silencio. Pero cuando llegó la hora de cantar muchísima gente no había comprendido o no le interesó comprender y cantó a gritos.

Sin embargo, en esa gran soledad, mi niña -la que está adentro, quieta, mirando las estrellas - no pudo evitar sentir que ella algo había captado. Una vieja, silenciosa y conocida alegría comenzó a arder en mi corazón.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Guau Internacional

Guauuu!!!
Como han notado, he puesto este contador global de gente en línea... Guaaauuuu!!! No es alucinante? En este momento hay un alma en Sakura - Japón, otra en Italia, otra en San Bartolomé - España, otra en Chicago, otra en Zapopán - México, otra en Caracas - Venezuela, otra en Cali Colombia!!! Una en Viña del Mar en Chile y otra en Lanús, Argentina... Esto es A- LU- Ci- NAN-TE...
Aajajzxzxxas... en verdad no tengo palabras... Kojudopólitans del Mundo, unidos por una eléctrica red de webeo y reflexión, unidos por las partículas que también flotan weberas en el universo, sabias y silenciosas...
Un abrazo del tamaño de la Atmósfera para todos ustedes, pero sin hueco ozónico.
Abrazos de veras,
K.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Salir en los Periódicos

Quisiera escribir más seguido pero por ahora no me es posible. Algo le pasa a mi monitor y tiene una curiosa tendencia al turquesa. Siento además que, efectivamente, me sancocha la retina. Casi puedo oír el shhhh en la córnea, hipnotizante como el canto de una parrilla. No me parece muy saludable, así que voy a la Interné de la esquina a ver mis correos, y me es difícil conectarme con Kojudópolis y con uds., amados Kojudopólitans, allí, porque todas las baterías bravas de la zona están jugando modernidades violentas que desconozco, parecen pasarlo bien y todos tienen más o menos la misma pinta y edad del protagonista del video que les presenté en el último post. Escuchan música a todo volúme, se llaman por chapas como Smoky, se kagan de risa con risas de cacatúa, y pienso Como los chicos de mi barrio, los que montaban Eskei.

Pero de esto hablaré en el próximo post, porque es con ellos con los que toqué en mi banda, y tengo ganas de hablar de ellos.

Pero hoy hablaremos del privilegio del salir en la prensa escrita. Hay muchos profesionales que tienen un perfil bajo. No es el caso de los de mi profesión. Sea como sea, salir en los medios por vías no corruptas, ser reconocido por tu trabajo, tus cualidades o lo que fuera, es una bendición para mucha gente. Que se hable del duro recorrido que tuviste que andar, o de las brillantes ideas que tuviste, o de lo guapísima que estás o de lo maravillosos que están tus cuadros. O que recomienden la pollería que con tanto sacrificio levantaron tus abuelos, y luegos tus padres y hoy tú, que con lágrimas en los ojos sales en el periódico mostrando el premio que te has ganado por llevar tu pollería a franquicia internacional. Abriste tu corazón, yu nou?. Y salir en la prensa escrita tiene una característica especial. Es pues, el papel, dirían por allí, Un elemento vivo, orgánico, tangible. Y es verdad. Es bonito abrir el periódico y verte allí. La verdad te kgabas del susuto a la hora de la foto, Que bueno, no se nota, el fotógrafo no te sacó tu mal ángulo, Si nos hicimos patas, le invité papitas, y el editor ha estado con ganas de reventarte cuetes así que todo bien, todo lindo, es un día de playa, abres el periódico, tu cacharro sonríe classy, y todo es supra kul.
Luego pasa el, digamos, enamoramiento. Tú mismo cierras el diario, te quedas con la agradable sensación pero ya lo cerraste, porque ya fue pues, no? Ya fue. Ya no hay que caer mal. Lo guardas bonito para el burrículum y te olvidas. Un día lo vuelves a ver y piensas Qué bonita nota, o Cómo pude sentarme así, o Cómo pueden haber pasado tantos años, o Estuvo bien el maquillaje, o En ésa época era tan infeliz - feliz, yu neim it.
Pero el resto, el mundo, como siempre, dale y dale con esa costumbre que tiene de dar vueltas. Cual vulgar engranaje de sabe Dios qué reloj kósmiko. Y entonces suceden cosas como que la señora que tan contenta se puso de verte en el diario, te entrega arropando al pez en su última mortaja. O te encuentras con tu hermosísima y franca sonrisa engalanando la higiene de algún tacho de basura. O envolviendo detritus de perro. O siendo mortaja de perros, de gatos, de mutilados en ajustes de cuentas en entierros improvisados. Te encuentras debajo de las repisas de algunas casas, y si la foto era sexy en cuartos de jeropas, en Mechanical Studios. Y ni hablar de la gente que se quedó sin PH en la carretera que cruza el desierto de Sechura.

Salir en los periódicos es, como muchas cosas en Kojudópolis, importante e irrelevante a la vez. En el caso de los artistas es casi vital. Pero es curioso que a su vez deje una sensación de intrascendente tristeza.
Preocupante,
Kontaminante,
Kasi kasi indeseable,
movimiento del mundo.

PD.
Habiendo escrito esto informo que en Kojudópolis estamos a punto de levantarle un monumento al Sr. Aldo Mariátegui, dir. del diario Correo, por haberse sumado a la cruzada en contra de la contaminación en Huachipa. Supongo que para eso sirven los diarios. Se han cerrado 11 fábricas en trabajo conjunto, pero la verdad es que la presencia de los medios siempre agiliza las cosas de este tipo.

LUCHA LIMEÑO.
LUCHA TERRÍCOLA.

lunes, 27 de octubre de 2008

Goodbye, blue world.

Escribo mientras malabareo con mi hijita que quiere ver sus dibujos desde la perspectiva de la cima de su madre. Hoy más que nunca, no puedo dejar de mirarla. Yo no era mucho mayor que ella cuando llegamos a Huachipa. Huacondo. Huachipaland. Buscábamos un terreno para comprar, algún sitio donde construír nuestra casa de campo. En ese entonces, teníamos mucho dinero para la gasolina, mis papás estaban juntos y mi viejo, que es del sur de Italia, había comenzado a sentir esa profunda nostalgia de la tierra. Habíamos visto un terreno en chosica, lo recuerdo bien, era una tarde de óxido gris, como esas que sólo Lima da. A mí me había gustado el lugar por su cielo naranja y rosa, y esa bucólica miseria de las figuitas de Sarah Key. Mi Viejo en cambio, no estaba muy entusiasmado. Había una suerte de camino al lado del terreno. Preguntó bien al irnos. Siempre ha tenido un buen olfato. Por ahí pasaba el huayco cuando se desbordan los ríos en la sierra.
Así que buscando llegamos a Huachipa, que era mucho más cerca a Lima. Todavía había terrorismo, y este terreno estaba casi en frente de la comisaría. Mi papá decía que eso era bueno. Yo no estaba tan de acuerdo. Entramos. Todo Huachipa estaba cercado por cerco vivo y fences, límites de madera entre terreno y terreno. Por los límites de los terrenos pasaban acequias de agua clara, cristalina, donde crecían una suerte de algas de río de color rosado fosforecente. Hablo en serio. En medio de unas ruinas blanquecinas donde alguna vez debió haber habido una casa, dos higueras dominaban la vista. El sol brillaba con la magia del desierto, pero alrededor todo era de un verde denso exhuberante, lleno de verde y vida, alucinante. En ese entonces no lo sabía porque era chica, pero las hojas de cada planta exhudaban la misma sexualidad de la selva. A lo lejos, los límites marcados con los sauces, eucaliptos y corrientes de agua clara. Y eso sí, un pantano. Un pantano. Allí se mete la vaca y se pierde, se mete la obeja y se pierde , maldito ese pantano es. Mi Viejo, hijo de la postguerra, dijo A ver el pantano y nos llevó a mi hermano y a mí. Cuando llegamos al punto maldito, mi papá se agachó para ver el agua que crecía debajo de las totoras. Burbujas llenas de oxígeno nacían de la tierra... Una sorgente!, pensó y nos abrazó fuerte fuerte y caleta, porque todavía no habíamos comprado nada. Trajo a un amigo suyo que es ingeniero hidráulico a ver el terreno. Su amigo se volteó, verde, rosa. Confirmó asolapadamente lo que mi Viejo sospechaba. Es un manantial Tony,... compra!
Compramos nuestro paraíso hace 24 años. Nadie quería ese terreno, lo compramos regalado. Mi Viejo llamó a la casa La Crika, Cri por mi hermano y K. por su servidora. Ahora está lleno de árboles de mora, árboles que planatamos nosotros mismos por que están siempre verdes. Todavía está aquí una de las higueras. Mi Viejo y su amigo hicieron un diseño ecológico para encauzar el agua del manantial y a la vez retenerla en una laguna. Era lo más hermoso del mundo. Mi viejo la hizo pensando en mi Vieja, como un regalo de amor, una suerte de Taj Majal huachipano. Mi amiga Colita y yo cosechábamos fresas, las enjuagábamos en la acequia transparente y nos las comíamos con leche condensada allí mismo, refrescando nuestros pies, mirando los camarones de río que se asomaban en las pozas que se habían hecho a lo largo del corredor de Agua. Era bellísimo. Habíamos sembrado moras a lo largo de la acequia que caía desde el fondo, escalonada. Es bellísimo. Sólo que ya no hay agua. Sólo que ya no hay plantas rosadas, ni peces.
Hace un tiempo comenzó a bajar la napa del agua. La napa, es el nivel subterráneo del agua. Antes el agua estaba en algunos lugares a 60 centímetros del suelo, con lo que nuestra laguna de Manantial - Mama cocha, hermana Cocha- tenía dos increíbles metros y veinte centímetros de profundidad. Era un océano. De las entrañas de la tierra nacieron peces, tilapias y chunchos que nadie puso allí, que siempre estuvieron. Y Caracoles. Nosotros trajimos tres carpas de colores, una roja, una blanca y una moteada. Eran enormes. Bucear con los ojos abiertos en esa agua transparente, poder ver el fondo de grava y los peces, majestuosos flotando en el misterio era lo más maravilloso de ver. El agua era fresca, potable. Podías quedarte horas buceándo. Y el mayúsculo Sol Huachipano. El mundo era verde y azul, soleado y con brisa.
Hoy en Huachipa está Ambev, Ajeper, Brahma, Gloria, Franca, Aje, Kola Real, Topi Top y Jordan Jeans, entre otros, gracias a algún alcalde corrupto que convirtió Huchipa de distrito ecológico y pulmón de Lima , en un distrito industrial. Hace más o menos un mes Sedapal inauguró su flamante reserva de Carapongo, con comercial adjunto de televisión diciendo Lima al 100%, no necesitamos hacer recortes de Agua. Y a la semana, nuestra laguna se secó. Se secó, señores. Nuestra Abuela ha muerto, y en su lugar ha quedado un cráter sin peces, sin caracoles ni agua, muerte. Nuestro manantial fluía con 36 mt3 por segundo de agua. Eso es como un bidón de Agua por segundo de manera espontánea, sin bombearla.
En Huachipa, todavía hay zorros salvajes. Hay halcones y miles de tipos de pájaros nativos y de paso. Según la época, ves pasar las bandadas de pájaros. Pericos verdes, gaviotas de río, muchos tipos de pájaros. Hace mucho tiempo, yo he llegado a ver cóndores que bajaban hasta la costa siguiendo el río. Hoy una plasta negra cubre las algas rosadas. Si la lavas con agua limpia, puedes ver su color verdadero. Las acequias ya no llevan nada vivo, porque todos botan sus deshechos a la acequia y no hay qué carajo pueda vivir allí, a menos que venga de Springfield. Sólo quedan el sol y el viento, cada vez más calientes. Por la falta de agua han crecido menos moras, de las que se alimentaban los pájaros de paso.
Ha tenido que desaparecer la Laguna para que aceptemos el cambio.
Hoy, ya no boto mis colillas al agua. Ni el papel al water. Ni dejo correr el agua. Ni un poco. Ya no me bañaba en el mar por que odio las bolsas que te dan el encuentro como malaguas. Estoy empezando a pensarlo de nuevo. Porque así como vamos tal vez más que pronto haya que vivir con wetsuit.
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El agua rodeándome en el silencio del vientre de la tierra, peces. Mis ojos hacen contacto con los suyos y cómplices seguimos nadando. Puedo permanecer bajo el agua más de dos minutos. Bajo el agua fresca, abro la boca y la bebo, sonrío distorsionada y nado como ví que hacían las sirenas. En esta agua y silencio entendí que la vida es bella y que pueden lograrse los sueños, buceándo en espirales como los delfines. En esta agua me curé de todos mis males. Ví a mujeres salir en cinta después de muchos intentos sin éxito. Traje a todos mis amigos enfermos de pena y ví a mi hijita navegar sobre el reflejo celeste.
Y hoy no hay nada, sino la muerte.
Impresionada, reconozco que he tenido que ver la muerte de mi Hermana de Agua, para tomar una actitud ecológica más seria.
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Yo conocí una tierra azul y verde, donde corría una brisa fresca como el agua y brillaba el sol dorado, gentil. La tierra daba espárragos y brócolis salvajes y frutas. Podías tomarte el agua que te regalaba la tierra.
Hoy veo el sol y la muerte que vienen. Miedo y pena. Mi hijita canta la canción del dibujito, ella todavá no sabe nada. Y yo no sé cómo voy a explicárselo. Cómo enseñarle a cantar. Goodbye, blue world.
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jueves, 16 de octubre de 2008

En Casa - En Kabul

En Lima, Perú, yo hacía cola en un teatro de Miraflores a las 8.00 pm. Aproximadamente hacia las 8. 10 pm, una señora de unos responsables 50 años comienza a hablar y a hablar y a hablar y pareciera que es lo único que esta dama hará, como tantas otras. Sin embargo, esta señora es un tanto particular. Lee. Mucho. De todo. Es una persona muy, lo que se dice, leída. Todo en ella es armonía, mesura, elegancia. Luego nos explica lo de los antidepresivos. Y de lo aburrido que es su marido. Y lo de su hija que... Y que nunca ha viajado. Todo esto mientras nos narra la historia del origen de Afghanistán. Y de Carlo Magno. Y lo de todos los imperios que fueron a parir allí. Incluso nos cuenta que en un lugar impronuncianble para mí se encuentra la tumba de Caín. La mismísima tumba de Caín. La dama en cuestión, toda maneras y recato, sacía gran parte de la curiosidad que en estos momentos tenemos todos los que estamos conectados al mundo, por esta extraña región llamada Medio Oriente.

Más exactamente, Afghanistán. Kabul. El régimen Talibán. Sabía usted que Afghanistán no tiene mar? Sabía usted que es Afghanistán gobernado por los Talibanes? (Osea, talibanes de los que se tumbaron las torres en los ministerios, en las aduanas, en la guardia civil?) Sabía usted que la región impronunciable para mí en la que se encuentra la tumba de Caín, nuestro buen Caín, es hace tiempo un campo minado? Sabía usted que los rusos dominaron Afghanistán y que los gringos armaron a los grupos radicales insurgentes para hacerle la vida imposible al gobierno soviético, y así luchen por su peace matándose como perros entre ellos? Ciertamente. Culta la señora.

Pero sin alas. Señora sin alas vuela de Londres a Afghanistán. Señora sin sueño va a visitar la tumba de Caín. Señora se pierde en el campo minado, vestida de turista. Señora es lapidada. Descuartizada. O no? Llegan su hija y su esposo para recoger su cuerpo. Pero no hay cuerpo. La hija, guiada por esa cosa que las mujeres tienen - instincto, locura - sospecha a su madre viva. La busca. La encuentra. Pero no la ve. No puede verla más. Mamá, que sabía utilizar la palabra caleidoscópico, mudó de vida. Renunció a todo. A todo.
Suceden muchas otras cosas, que no adelantaré. Es que la obra verdaderamente vale la pena. Es larga, pero juro que no se siente. La dirección limpia, sin regodeos de Fisher nos demuestra un respeto por el espectador, no hay pausas dramáticas interminables, la obra fluye, es un placer verla. Las actuaciones son espectaculares en su gran mayoría. La actuación de las mujeres - Norma Martínez, Jimena Lindo y Gabriela Velásquez - es impresionante. Los hombres están maravillosos, incluso se revuelcan en el polvo antes de salir a escena, para darle a su aspecto musulmán ese algo que sólo te da el desierto. -Ver a los Velásquez es siempre un placer mayor. Y si vienen en paquete, mejor. Me imagino que habrán jugado a eso de actuar en los patios de su infancia y cuando lo hacen ahora que están grandes, son una máquina de ilusión. Y Miguel Iza volvió. - El autor es un auténtico dramaturgo, que con su obra por fin nos contextualiza en el otro lado del mundo, donde las alfombras volaban y las mujeres no deben tener orgasmos.

Son las 2.22 am. en Lima. Acabo de estar en el teatro.
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Qué hora será en Kabul?

domingo, 5 de octubre de 2008

Ricardo Fernández me regaló un secreto

La última vez que ví a Ricardo Fernández estabamos grabando en Audiopost -la casa de audio donde hicimos Mi Novela Favorita- el primer capítulo de la serie, El Quijote de la Mancha. Mr. Enrique Victoria era, naturalmente, el Quijote, y don Ricardo el Narrador. El Narrador, con mayúscula. Ser el narrador es sumamente interesante, por varias razones. En primer lugar, por que el ser el narrador tal vez tenga menos glamour que ser el protagonista, pero es el que más lee, así que es el que más gana. En segundo lugar porque ser el narrador te pone en la situación de ser el que te pinta el cuadro, como cierto Kojudopolitano dijo, el que te arma la escenografía auditiva. Es un gran reto como actor, que te permite jugar a ser el fantasma, a ser música, bruma. Muy entretenido. Esa mañana eramos varios una barbaridad de actores en el estudio. El Quijote, mil historias, mil personajes... Alonso A. escuchaba cada toma en silencio fuera de la cabina, redescubriendo poco a poco el arte de la radio novela. Nunca antes lo habíamos hecho, y las posibilidades con la tecnología digital no tenían nada que ver con el radio teatro que se hizo algún día. Lo que era una bendición y un desafío. A veces alzaba la mano en gesto entre de árbitro futbolístico y de director de orquesta, con los ojos cerrados porque seguía intentando escuchar la toma, cuando los actores que no estábamos dentro de la cabina nos entregábamos a la cháchara o el chascarrillo, cosa corriente en nuestra profesión, actividades que nos relajan y unen. Poco a poco fuimos comprendiendo el timing entre silencio y entusiasmo. Me imagino cómo habrá sido pasar por el corredor en Audiopost, y escuchar las grabaciones. Un silencio profundo. Uno , dos o tres actores hablándo y luego del corte de la toma, una fiesta, una reunión o un pequeño estadio. Nos citaban y generalmente acertaban de forma sospechosamente precisa con los tiempos. Pero ese día era la primera vez, nunca antes habíamos hecho algo como eso, éramos tal vez 18 actores en una sala chica y la gente entraba de a dos , de a tres, o de a doce a la cabina, y los otros esperaban afuera su turno, entusiasmados, un poco como deben sentirse los futbolistas cuando esperan la pelota en la cancha. Hacíamos primero una lectura, se aclaraban las dudas con una muy breve charla en la que actor y director se entienden y se graba.
Esa mañana mi inmensa fortuna hizo que me hicieran compartir micro con Ricardo. Casi todos llegábamos a tener audífonos, pero no había tanto espacio para tantos actores, y a veces compartíamos micros. El micro que usaba Ricardo, por ser el del narrador y el de don Ricardo, era uno de los mejores micros, sino el mejor. Así que triple suerte.
Triple, por que yo ya había conocido a Ricardo antes, durante la filmación de una novela. Al inicio - yo tenía 21 años- no entendía muy bien qué hacía el señor de los detectilocos haciendo novelas. Lo entendí en breve.
Le digo Ricardo por su nombre de pila porque así me pidió él que hiciera, pero la verdad hasta ahora cuando lo recuerdo me provoca decirle don Ricardo. Su pelito blanco, su mirada clara y acuosa, sus silencios. Su manera de andar. Pero si le decías don Ricardo te salía rápidamente con alguna cosa que te destruía de risa, como para recordarte y recordarse a sí mismo que él era un Cómico, lo que en nuestra profesión es un poco ser el Guerrero que Combate la Pena. Y la acaba, pero siempre se lleva algo de él.

*

Esa mañana era la primera del Quijote. Yo sólo grabaría esa mañana. Al día siguiente tendrían otra sesión, siempre con Ricardo y Enrique, pero en escenas con otros actores. Después de los nervios, la risa, las indicaciones y la sorpresa, comenzamos a grabar. Y después de ver que no desentonaba lo que estaba yo haciendo- qué susto-, me relajé un poco más y comencé a escuchar mejor a los supercolegas con los que estaba compartiendo cabina. Recuerdo que estaba Mario Velásquez y toda su humanidad, espontaneidad y carisma. Bruno Odar y su garganta de las Mil Voces Verosímiles. Wendy Vásquez y su voz profunda, clara y verdadera. Enrique Victoria y toda su creatividad, genialidad, experiencia, locura y libertad. Y Ricardo Fernández con su...
Qué tenía Ricardo?! Qué era, que no podía dejar de escucharlo... parecía tan sencillo lo que hacía y a la vez algo me decía que habrían pocas cosas tan difíciles de hacer, como la que él estaba haciendo en ese momento. Algo estaba haciendo, pero en algún lugar no estaba actuando. Tal vez es el personaje, pensé. El hecho de ser narrador hace que tengas que ser neutral, y sí, en esa ocasión más o menos por allí iba la cosa. Pero había algo en su voz. Un hilo de oro que me permitía verlo todo en mi propia pantalla, como un filtro único, particular, muy humano, cálido, bellísimo.
Cómo haces eso? Le pregunto. Qué cosa? Me pregunta él. Eso que haces, le expliqué. El sonrió. Hay que escuchar, me dijo. Pero a quién?, le pregunto, Tu no actúas con nadie, tu estás jugando sólo. Y entonces me lo dijo, Tienes que escuchar a toda la gente. A todas esas personas que te estarán oyendo. * . Algo sucedió entonces en mi cerebro. Me imaginé multitudes como captadas por una toma aérea, como las del Señor de los Anillos en sus guerras. La cámara corrió como un halcón o como un rayo a travez de todo el país, de toda su geografía. Me imaginé a la gente en la selva, sentada en su canoa escuchando la radio. A la gente en la puna alta, los pastores, los mineros escuchando la radio.
Todas y cada una de las personas.
Me dió vértigo y casi me desmayo, en esa época todavía no lo sabía pero ya estaba en cinta. Fue muy emocionante. Se lo conté. El, que me conocía, sonrió. Y seguimos hablando de eso algunos segundos más, luego tuvimos que hacer silencio para terminar la toma. Después salimos a escucharla. Quedó bien. Tuvimos sanguchitos y cocacola . Y quedamos en vernos la semana siguiente, para grabar la próxima novela que, naturalmente, no recuerdo cuál fue. Ese secreto fue el último regalo de Ricardo. La semana siguiente ya no pudo ir a grabar, porque ya no estaba más en ningún sitio en esta tierra.
*
Eter.
Silencio.
Secreto suspendido en la ionósfera.
Gravitando
entre
satélites.
*

Dejad ke los niños vengan a Mí


Las múltiples ofertas del Konsumismo


viernes, 26 de septiembre de 2008

Planeta Prozac

Después de comerme un delicioso chicharrón de pollo casero, con papitas fritas tiernas , arroz y dosis insalubres de mayonesa, ketchup e inkacola, salgo a fumar en la noche fría bajo la luna ausente. Sólo porque me da placer. Mi hermano, que es deportista y economista de la de Lima, se fastidia conmigo y me dice que me estoy matando cada día con todo lo que fumo. Yo, que nací fumando, que estudié en la católica, peor aún, teatro, peor aún, cuando la escuela de teatro estaba en el Jr. Camaná y no en el fino campus, le digo que lo que da cáncer es la culpa, la envidia y pensar en ello, y prendo algo. Cualquier cosa. Algo. Se que sólo me gano su secreto desprecio y que tal vez- y sólo tal vez- tenga razón, pero que monos, salgo a fumar a sentir la noche, la tarde, lo que sea, como ahora.
Me doy cuenta que con el tiempo, me he convertido en una suerte de escapista profesional. Le huyo a la depre, a la angustia, a la fatalidad. No porque sea muy alegre, sino más bien en un largo proceso de aprendizaje de cómo olvidar la sombra de la que vengo. A la que voy. En la que estuve. Y todo eso. Incluso en las cosas pequeñas. Si me golpeo la cabeza, por ejemplo, cosa que me ha pasado con demasiada frecuencia. Si me golpeo la cabeza, tengo dos opciones. O me relajo, o me jodo el día. Si decido molestarme me arrugo, me enfermo, me frustro y de alguna manera lo asocio a todas y cada una de las desgracias que me aquejan. Así que lo ignoro. Au mierda. Me sobo. Si dolió mucho me río un poco y me siento sexy como Marlon Brando. Si duele mucho mucho desarrollo una suerte de happening, una performance en vivo que libere mi voz y cuerpo de la tensión del dolor. Y luego lo olvido. Olvido. Olvido todo, mucho, no sé cuánto.
Tengo diarios multicolores con cosas pegadas, por ejemplo , entradas a conciertos, etiquetas de cervezas que bebí, tickets de viaje, pelos, cualquier cosa. Mi novio dice que estoy preparando mi bitácora para cuando pierda definitivamente la memoria. Yo me río triste, me río prozac. Y en el fondo de mi ojo el recuerdo del último día. El hombre que soy yo y somos todos. Sólo. Polvo. Desaparecimos todos y ya no quedan memorias, egos, no queda nada. Sólo presente. Sólo este hombre último y el viento que deja la tierra cuando rueda. Me río triste. Me río prozac. Y paso a otra cosa que no le joda a una el día. Y que me haga olvidar el último día, la soledad global. El momento en el que el último hombre se da cuenta de lo absurdo, del frenesí, la carrera inútil en la que andábamos, salgamos a jugar con los perros, algo que no le joda a una la tarde, fumar, ver el cielo, ver un pájaro, olvidar.
Y así, he venido escapándo de cosas serias, como el Prozac. Me asombra que una persona como yo nunca haya tomado antidepresivos. Francamente, les tengo miedo. Le tengo miedo a la comodidad, a la mentira, a la sedación del impulso vital. Muy probablemente los antidepresivos no tengan nada que ver con esto hoy. Tal vez me quedé en los 80´s cuando los antidepresivos eran para los que arrarstraban la postguerra. Yo sólo he visto a gente que amaba entrar en espirales de euforia y luego pena y siempre mentira y cobardía asolapada, yo no quiero pepas, me dan miedo, más que el Kuko.
Yo escribo en este blog, entre otros, porque me da placer. Me place escribir, y tener una razón para escribir, y saber que tengo con quién compartirlos me hace sentir como cuándo estaba en el colegio y me quedaba después de clases en el Bequeriano. El Bequeriano, le habíamos puesto, porque era insoportablemene rosa y de baños incómodos. Poco claros. Con ángulos que estresaban la vista. El café no era tan malo, y la compañia de primera. Allí me juntaba con tres de mis mejores amigos. Un poeta y dos chicas artistas en potencia y en formación. Eran mis mejores amigos. Y lo siguen siendo. De los más inteligentes, los más cercanos, los más queridos. Ahora, tres de ellos compartimos psicóloga, y dos de ellos ya toman antidepresivos. Y yo no sé muy bien por dónde ni cuándo me entran estas ganas de llorar cuando pienso en eso. No sé si es mi niña chica, la que está adentro, al quedar clara y confirmada la pena bajo receta. O si es que temo que ellos se alejen de mí porque yo no tomo pepas. Como si se tratara de drogas nuevas en una nueva etapa. Tómate un ayahusaska, hubiera dicho Wise dr. K.. Pero en algún lugar la pena fue demasiada, ya no quedó espacio para la broma ni mucho menos para el desenfreno. Y a tus pies, el abismo. ..

Ahora me sonríen hermosos, bellísimos, únicos, desde sus ojos calmos. Por fin serenos. Me miran quietos desde su propio mar. Desde su barco lejano. Sonríen y su sonrisa quieta me da pánico.
No se por qué.
No se si los he perdido. No se si los he perdido sólo por un tiempo. No se si he empezado a perderlos para siempre, O si vamos a juntanos y darnos el reencuentro al otro lado de la corriente, después del mar de la realidad. O tal vez sólo sonríen tristes porque saben lo que pienso. Tal vez ni sonríen tristes, y sólo me parece.
Debe ser eso.
Debe
ser
eso.
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martes, 23 de septiembre de 2008

Kojudópolis en la TV, -can yu bilibit?

Pues sí, vamos a salir en TV, en el programa de la Jime en canal 6, Mesa de Noche. La nota es acerca de nuestra amada Kapital Kojudópolis. Les aviso cuando sepa qué día es.
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Se siente raro...
pero bien.

martes, 16 de septiembre de 2008

Registro fotográfiko 5 y final

Las chicas buenas.


Topo infraganti.


El poder al servicio del más necesitado.




Metáfora económica contemporánea.











Gato limeño en setiembre.



El primer mundo.

Registro Fotográfico 4



Esta semana hemos premiado a los 5 lectores más frecuentes de Kojudópolis. Aquí la foto del evento.

Pd: Estos Muppets perdieron su inocencia cuando trabajaron en canal 5, con Delgado Parker.



Gatos en la crisis de Wall Street: Adivine cuál invirtió en el Perú, y cuál en el extranjero.





Sin palabrazzz.






Ríanse, ríanse, -..

Registro gatográfico 3 y 3/4

Gato Otorongo. (Que trabajen los otros)






El gato de Chávez
El gato de Katrina, del terremoto del sur, de Huancavelica, de Sumatra, del Congo... (...) ...

.....
......
...
..
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Laverdad de la Ilusión. (O el gato de Kojudópolis)


El sabio. O el gato Kósmiko.

Registro fotográfico 3 y 1/2




Metáfora contemporánea.

Registro Fotográfico 3


Un Clásico. Este gato debe ser argentino...


También estuvo en el Aniversario del Sargento Pimienta. Es la mascota de la Winehouse. El lo niega. Necesita rehab.




...???...!!!...
La verdad del bronceado y la gente atlética.

Selección fotográfica 2

Nueva propuesta en el Juanito para sus clientes premium...
Dos más y nos vamos!!!


Cuidado con lo que le digas a tus hijos. Ya no son tiempos de jugar con el avión.





Este cerdo de apellido Mc Cain calza finísimas zapatillas de piel de vaca. La chamarra a juego y el vaso de leche lo esperan en el Backstage.

Acaso ustedes son los únicos que pueden beber y vestir vaca? Preguntó el influyente cerdito, indignado. Si ustedes pueden, yo también.



Yo comprendo a este gato. Lo importante, es lograr la realización personal.





Brother, te dijimos que no valía la pena, que era una perra...

O acaso estará viendo los pronósticos de la economía mundial? Ante la inflación , una cervezaaa...
Ese gato...se está tocando???

Selección fotográfica 1

Voviendo al Origen.

Si maneja no tome.






Es cierto, no pude sacarlo y se quedó de accidente, pero si pueden léan lo que dice la gente de Plaza Sésamo, es terrible...

Amor Materno. Perfekto.