sábado, 12 de abril de 2008

Memorias del Tuc y del Tiempo de la Kontra, I.

Empecé a enseñar en el conservatorio. Suena súper, ah? Conservatorio de iniciación actoral. Encima enseño actuación ahí. Estilos 1. Comedia del arte y teatro griego. Esa koche. Esto es algo que siempre quise hacer, y me gusta muchísimo.

Para mí, una escuela de teatro, es una suerte de Hogwarts. Ok, si sólo has visto las películas de la Rowling, te estás perdiendo de vivir un clásico de la literatura contemporánea. Al menos un mega best seller. La Sherloc Holmes de nuestra generación. La Julio Verne. En fin. Hogwarts es una escuela de magia. Un castillo con corredores secretos. Con bosque encantados. Con tesoros escondidos por los miembros de la institución y otros, escondidos por alumnos. Hace siglos o hace sólo pocos minutos por algún ente discreto. Nunca sabes quién es quién, y sin embargo haces amigos. De los mejores. Cualquier puerta esconde un día una sala vacía, otro día es la puerta a otra era, o a otro país, o a la boca de un moustruo. Tal cual una escuela de teatro.


Yuyachkani, Amarcord. Significan yo recuerdo.


La casona del TUC en el Jirón Camaná, es hoy un buque a medio hundir. Terminémosla. En las playas del olvido. Tiene el mismo aspecto que cualquier casa abandonada, pero un orden misterioso le da mas bien el aire de un manicomio. Abandonado. O tal vez los locos están comiendo en alguna otra sala , en una de esas que aparecen después de que abres una de esas puertas de las que te hablé. Con don Teo y Michita, por ejemplo, que ya pasaron a mejor vida y seguro siguen allí al fondo cocinando sus aguaditos de molleja y apio, tan horribles, tan de viejo, tan llenos de desamor. Pero son sólo aparencias. Es que ya están viejitos, y se les acabó la ilusión para gastar en la comida. Se sabe que Michita además nunca conoció las delicias del los hombres y siempre cocinó así, un poco desabrido. Pero ella es un sol, pequeñita, enjuta, rota y hongueada como cualquier cosa que vive en el centro más de diez años. Imaginate ella. Cuántos tendrá. Pequeñita como sus perritos de aguas, tuertos de cólera. Don Teo, su hermano, lleva la cuenta de los locos del olvido. Apunta en sus papelitos. En su agendita. En todos lados apunta don Teo y ata con liguitas. Últimamente, se le pierde todo, las ideas, las memorias. Yo estuve en Europa! Fuí en exitazo... cuándo? Cuándo fué, cuándo... Terminaste mamita, no importa hijita, tu tranquila, tú me pagas cuando puedas. Don Teíto chamullo, después me estabas cobrando como a cualquier mortal. Así como les cobras ahora a los loquitos imaginarios. Bisnes son bisnes.

El cuartito que era la cafetería quedaba ad portas del lugar más misterioso del antiguo Tuc, el Pozo. El cuarto del fondo del pasadizo abierto de la casona. Elevado del resto de la casa. Había que subir unas escaleras hacia él porque ése salón había sido construído después, muchos años después sobre lo que originalmente había sido el pozo de la casa. El pozo estaba ahí debajo. Se decía, que el pozo era maldito por que ahí se caía la gente. Otros descartaban la maldición y lo atribuían a que en el tiempo de los chilenos se había enterrado gente allí. Y hay quienes dicen que también antes y después. Lo cierto, es que el pozo emanaba una energía rara, un silencio extraño en el corazón de Lima. Un cardiólogo dijo un soplo. El pozo era súper especial. Lo percibías desde la primera vez que entrabas ahí. El techo era medio traicionero y en invierno hacía mucho frío y en verano era el Viet cong. El suelo era de cemento pulido. Todo estaba pintado de negro. Todo negro como el teatro, como el olvido. Allí estaba también el salón donde guardaban el vestuario, éter de veintipico años. Todo llamaba al misterio en esa esquina de la casa. Allí se entrenaba a muerte y se aprendía a morir, literalmente. Era importante comprender eso para actuar, la muerte. Por que en la conciencia de ella está la fuerza del coraje para la vida. Se pensaba mucho en la muerte en el Pozo. Se la nombraba y definitivamente, se conversaba con los muertos. Incluso los más escépticos tenían una historia que contar. El pozo estaba vivo, poseído, o algo. Tenía historia, latía y mutaba. Tal cual un buen actor en escena.

Esta era la zona manga de la casa. Luego de seguir el corredor a techo abierto llegabas por un lado a los baños y por otro a un pequeño solar donde estaba el salón de danza, la biblioteca, otros baños, el salón de música y el escenario. En ese patio nos tirábamos agotados, destruídos, deshidratados y felices a morir mirando el cielo azul con sus nubes vagas y sus gallinazos vaguísimos volando en círculos sobre nosotros. En círculos también bajó volando hasta abajo cerquita cerquita un helicóptero en el tiempo de fujirata, un compañero tuvo la teatral idea de dejar 17 rosas rojas en la tumba de los caídos en la toma de la embajada de japón, creo que catorce por los terrucos y tres por los civiles y lo quisieron meter preso. Y se dió a la fuga. Fué noticia en su tiempo. Y bajaron helicópteros en círculos al patio para que los viéramos, y tomában fotos, así de cerca estaban. Nosotros hicimos pichulitas al helicóptero a pesar de lo de Maritza Garrido Lecca (Profesora de ballet del Tuc de la cúpula de Sendero ) por lo que tal vez nos tenían tan vigiladitos. Nosotros, en respuesta, fundamos el CGP, Cuidado Gente de Paz,e íbamos a molestar a todas las marchas. A veces estábamos en clase, esperábamos la hora de la marcha y nos retirábamos para marchar. Siempre era a pocas cuadras. Lo hacíamos en clases teóricas o en la clase de música, por que el profe Delucchi era demasiado sabio y sabía bien que el arte no es sólo salón y encierro. A veces daba lo mismo, porque se metía el humo de las bombas lacrimógenas a los salones y había que salir corriendo a mojar trapitos en agua y respirar así y sólo así. Mejor era respirarlo con justa razón protestando en la calle por un Perú sin cortinas de humo.

Al tirano lo bajamos nosotros, los estudiantes, la calle, los humanistas, los que seguían su intuición y buscaban la verdad. Que lindo creer eso. Total ya cuando uno es fantasma ya no importa tanto cómo fué la historia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

esto está precioso. sensible, misterioso y veraz. escribes cada vez mejor. me siento muy orgulloso. gracias.

K. dijo...

Anónimo, mi lector solitario, muchas gracias.
Un abrazo.