La Mota, es un perro. Ocho kilos de furia. Es peludito, pero tenaz. Su aspecto suavil no lo amedrenta ya que carece de espejo. Me lo encontré en la calle. Después de un ensayo. Estaba debajo de una escalera. Pensé que era un waipe. Pero luego, con el rabo del ojo, ví que temblaba. Temblaba. Está vivo ese waipe o allí hay una rata. Me acerco. Era un perrito. Un perrito pequeño y carachentífero, casi sin pelo de la sarna. Estaba hecho leña y parecía enfermo. Era mayo. Un mayo frío. Se va a morir, este perro, pensé. Le pregunté a mi hermano y colega, el Chechelev, si no tenía nada para darle de comer. El cheche sacó estofadito de pollo de la abuela, calientito, buenazo. Pero el perrito, nada. Ni bola. Agachó su carita triste y la escondió en los abismos de su axila. Su pequeño gesto me hizo recordar a muchos amigos en momentos tristes, a mi misma, a mi mamá. Uy, pensé. Este perrito se va a morir. Levanté su carita con cuidado, por si acaso me mordiera, dicen que los perritos chiquitos son mordelones. Este, en cambio, primero apoyó su cabecita en mi mano cuando busqué su cara. Casi me parecía que no quería que se la viera, tal vez se sentía feo. A verte, le digo. Y cuando se dejó ver ví toda su caracha, toda su piel viva y de pronto, allí y a la vez escondidos, dos ojitos preciosos, vivaces, llenos de inteligencia y ternura, como dos ojitos de ratón bebé. Me conmovió mucho su mirada. Suertudo, le dije. Eres un suertudo.
No podía llevármelo a casa, por que estábamos a punto de hacer un viaje largo a Francia, actuando. Pero pensé en llevarlo a la veterinaria, invertir plata que no tenía, curarlo y luego dejarlo en algún centro de cuidado de animales. No tenía familia. Vivía buenamente arrimada en casa de mi mejor amiga, que es alérgica a las pulgas, a los ácaros, a los líquenes y a los malos hombres. Yo ya había tenido gatos y perros y tortugas y había tenido que vivir perderlos. Todavía era hija de la peor de las noches, ¿qué me hacía con un perro? Imposible.
Pero cuando llegamos a la veterinaria pasó algo especial. Yo estaba sentada esperando mi turno, con mi perrito envuelto en una colcha vieja. El no se movía. Parecía no respirar. En todo ese rato no lo había escuchado ni una vez ladrar. Estaba escondido en mi oscuridad y allí durmió desde que lo recogí bajo la escalera. Entonces entró a la veterinaria una señora joven, con una perra boxer. Linda, juguetona. Se acercó a mí para saludarme. Y entonces apareció la fiera. Los ocho kilos dormidos despertaron de un brinco loco, pensé que le estaba dando un ataque de epilepsia, que le había dado un calambre o que le estaba chancando una patita, pero no, era la Mota, era mi Mota, manifestándo su poderío, defendiéndome. Protegiéndome de lo que él consideraba un agresor mortal. Y estaba exponiendo su mini vida, por mí. Por mí.
Perrito..., pensé. Y creí sentir todo lo que había vivido en la calle. La veterinaria me lo confirmó. Este perrito es de casa, me dijo. Mira: su pelo ha sido cortado hace algunos meses. Se ha perdido, seguro. Y luego de examinarlo me dijo: tu perro sólo tiene caracha y pena. Para lo primero le podemos poner una inyección. ¿Estás segura que es sólo pena?, le pregunto. El perrito parecía tan débil, tan enfermo. Parecía que sufría de algo terminal. No, me dijo ella. Es sólo pena. Sólo pena.
Mi hermana del alma, Syl, me permitió llegar con el can- hasta ese momento sin nombre- a su casa. ...¡Ay, amiga!, me dijo cuándo lo vió. Ella y yo hemos recogido antes animalitos, antes de sus alergias. No tuve ni que pedírselo por favor. Creo que ella, mejor que nadie, comprendía la magnitud de mi soledad. Hizo un gran sacrificio - por que su hijita, mi Pauli, también es alérgica y espero desarrolle una oportuna alergia al último ítem- y el perrito se quedó conmigo. Esa semana el perrito sin nombre no ladró ni una vez. A veces se olvidaban de que había un perrito allí. Dormía y dormía. Y me esperaba para acurrucarse en mis abismos. Un día, mi sobrina, sabia, vino y me dijo, Sabes tía, a tu perrito le falta jugar. ¿Puedo llevarlo al parque? Después de darle los tres millones de recomendaciones y que cuidado con los pitbulls, y que si viene uno cargas al perro, no mejor no, no te vaya a morder a tí, pero tampoco corras, y ten cuidado con las motos que el perro sale corriendo detrás de ellas y etc., se fueron. Cuando regresaron, mi perrito era otro. Movía la colita, y ladraba y hacía arrr y recién noté que era súper ágil y rápido... Sonreía.
Desde entonces me ha acompañado a todas partes. Le creció un hermoso y suave pelo blanco y hippie. Un día me dí cuenta de que tenía miedo de que no volviera y le dije: A donde vaya yo vas tú. Tú y yo vamos juntos.
Un gran amigo y colega, que estaba allí cuando lo encontre, cuya casual chapa es El Perro, me dijo, Y, ¿cómo vas a llamar a tu perro? Yo había pensado en Suertudito, Lucky o su versión en quechua. Y él me dijo, ponle David, para que se enfrente a los Goliats de tu casa y salga bien parado... me dió mucha risa y le puse David La Mota, sin pensar que era nombre de gente, sin pensar que era un nombre bíblico, sin pensar que mis perros grandes, en efecto un día lo iban a agarrar.
La Mota tiene un problema con los perros grandes. Antes, también tenía un problema con las motos, y caminaba chuequito. Creo que una moto lo había agarrado. Y con los perros grandes... pues qué le habrá pasado, pero no los puede ver. Y se pone liso como si él fuera un rottweiler. Encuentra a los gran daneses dormidos, echados. Pasa, levanta la pata y los mea. Disrespectful! Cómo va a ser! Perrito caradura! Y así, con esa actitud, ya lo ha mordido un siberiano enorme - a medio centímetro de la yugular-, el macho alfa de los gran daneses de mi casa - a un centímetro del pulmón-, y ahora, este lunes pasado, lo agarraron los seis machos gran daneses. Los seis, por que hay una perra en celo. Yo he estado a tres segundos de mi perro, y aún así le han hecho cinco cortes inmensos, inverosímiles. Mi perrito está todo chuceado y parece el perro del extraño mundo de jack, o la mascota del Cadáver de la Novia.
Pero ya mueve el rabo. Ya quiere correr. Ya quiere vengarse. Pierde el tiempo de paseo fisiológico para buscar a los perros grandes en el aire, olfatearlos, rabiar. Algo raro pasaba con su quijadita, pensamos que eran los golpazos y el esfuerzo. Pero el ataque ha sido hace una semana y el perrito se sigue quejando cuando lo fuerzo a tomar su antibiótico. Lo llevo ayer a la veterinaria de nuevo. Lo chequea la doctora. No lo puedo creer, dice. Ha estado comiendo? Sí. Y no se ha quejado? No, sólo con lo de las pepas. Tiene la mandíbula rota... pobrecito...
Mi perrito de ocho kilos. Ocho kilos de amor y furia. Cuando llegué a casa se lo conté a mi confidente, el papá de mi hija, y me dijo lo mismo que la doctora, no lo puedo creer, cómo es posible que haya aguantado tanto, que esté comiendo...
Y se me salió desde adentro, desde el centro de mi corazón, desde ese mismo flujo que me hizo recogerlo y reconocer a la semana que la suertuda había sido yo, Es que es mi perro.
*
Es mi perro.
*
Esta tarde le operan la mandíbula. Tengo miedo porque está todavía débil, con antibióticos por los chavetazos, perdió mucha sangre, ese día llegó con la lengua blanca al doctor... pero ese perrito... va a resistir... por puro terco, por puras ganas de seguir jugando, por puro soñar con la playa, por puro volver a verme, a acompañarme, a protegerme...
Ese pequeño perrito, que un día me enseñará el camino al otro mundo, esta vez la va a hacer. Lo va a lograr.
La va a volver a hacer.
La va a hacer.
La hace.
Gracias.
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20 comentarios:
Chvre K, es un post de la rptm. Me a emocionado más que cien poemas tu historia y eso es mucho decir.
Con tu permiso o sin el, pondré el enlace en mi blog.
Pura fibra tu post.
Saludos.
quiero llorar!!! te leo hace mucho y casi nunca comento, éste post me ha conmovido terriblemente, David La Mota saldrá de ésta! fuerza!
Por favor, dejanos saber como sale de la operacion.
Besos,
Tienes una prosa degustable y creo que ya es tiempo de armar un libro con estas crónicas.
Saludos...
Precioso y emocionante, como siempre. Beso.
Aww! =']
Que liindo!
Hay que sacar libro!
Hay que sacar libro!!
Un Abrazoote para David la Mota y la increíble dueña :)
Grande K, tienes linda alma! Tu gran David continuarà a ser parte de tu màgico mundo! Pls haz un apelo para que te emulen, hay demasiados perritos abandonados
x las calles limeñas. De pena!
k+++
Como siempre K tus lineas destilan sentimientos a raudales es imposible leerte y no conmoverse David La Mota saldra avante por que toda la buena vibra de los que te quieren y por extension quieren a David estan ayudando a su recuperación
JCF
Muchachos son lo máximo, mi Mota está sano y salvo, tullido pero hambriento, incómodo pero completo...
Gracias por toda su buena onda...
Gracias de verdad.
Yours, pes
K.
Sid:
Gracias!!
Jazajzxzx es un honor, gracias x avisar q chévere,
Abrazos caninos,
K.
Andrea,
gracias por tu buena onda, q bueno haberte conmovido...
Abrazos grandes,
K.
Sr. Ampuero...
...me gusta su idea!...
Gracias por el ánimo,
K.
Gracias Alo, siempre.
ai fil jonord
;)
Abrazos,
K.
AF!
Gracias!
Gracias!
Abrazos guau,
K.
Anónimo 14:41
Gracias...buena idea la cruzada canina!
Abrazos,
K.
Misterioso JCF
Muchas gracias por tus palabras.
En verdad los coments me gustan y me hacen sentir como en casa o en una rebuznión de amigos.
Gracias!
K.
me gusto mucho
ojala se recupere
beso
illona
Karen preciosa!!! Listo!! soy fan de tu blog!! qué belleza de post... yo tengo a Valkiria, que tiene 14 años, es mi perra, mi amiga, mi compañera, mi guardiana... ya me toca empezar a prepararme para cuando no esté más... y duele...
qué suerte tenemos de tener amigos así... David, Valkiria...
wendy
Saludos
Mmm, El perro es un gladiador, debiste llamarlo Espartaco. Aunque es loable tu intensión de cuidarlo a pesar de tal vez no tener todos los medios necesarios, seria bueno que no siga sufriendo al ser atacado por otros perros, hay situaciones que se pueden evitar sabiendo cual seria el resultado. Una vez vi desde mi ventana como un perro enorme sacudía ferozmente a un perro como del tamaño de un pekinés hasta matarlo, la gente los rodeaba y los golpes no hacían el efecto deseado sobre el monstruo y menos querían intentar algo mas ya que eran dos animales mas grandes que un pitbull, pues el asesino tenia compañero. La señora llorando recogió el cuerpo inerte de su mascota y el tercer monstruo se llevo a los otros dos a quienes saco a pasear sin correa.
Cuídate y suerte
Un saludo especialmenT pa La Mota. m kito el sombrero!!
Un gran acto de amor, q lamntableMnt pocos lo haCn.
saludos K.
Fuerza Mota, que sigas siendo un peligro peludo para todo este mundo de locos que lo que menos hace es respetarse.
Saludos de tus hinchas Argus, Lulú y Sissy los seres con quien más comparto mi tiempo libre y el ocupado también y que gracias a Dios no son seres humanos.
Mantennos informados de su recuperación.
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