viernes, 28 de agosto de 2009

viernes, 21 de agosto de 2009

Sabio

"Whatever you give a woman, she's going to multiply. If you give her sperm, she'll give you a baby. If you give her a house, she'll give you a home. If you give her groceries, she'll give you a meal. If you give her a smile, ...she'll give you her heart. She multiplies and enlarges what is given to her. So- if you give her any crap, you will receive a ton of shit" from Tribe.net

domingo, 9 de agosto de 2009

Del 13 festival de Cine de Lima o el capítulo 201 de Kojudópolis

Hay dos fiestas que le dan color a mi vida limeña. Dos fechas que espero con ilusión. La primera es La Fiesta Callejera del Carnaval de Barranco - con mayúsculas. La segunda es la semana del festival del Cine en Lima. Son dos fiestas totalmente diferentes. Una es del barrio, absolutamente anárkika, húmeda, colorida, fiesta de desbarrancados frente al mar. La otra es más bien selecta, ultra fina, hasta dicen elitista.
Bueno pues este año, llega la invitación al baile real en el castillo de la Católica con cierta tardanza. Al igual que muchos, su servidora exhala aliviada al ver las tarjetitas con piel de gallina en la portada anunciando que este año se trata de un cine que te toca. El parte llega tarde, pero eso no es de importancia para su servidora, quien hace semanas sabe qué se va a poner en la inauguración y en la clausura, cuáles son las sombras que con el atuendo combinan y ya mandó a hacer sus tarjetas de presentación, porque finalmente, entre pisco y pisco, esto de lo que se trata no es sólo de pasión por el cine, sino de trabajo.
Llega la invitación mejor tarde que nunca y ella, feliz, se entrega a la ensoñación de las fiestas, los abrazos, las luces y las burbujas. Soñando soñando llego a mi trabajo, donde estoy ensayando una obra bellísima que se llama Don Juan Vuelve de la Guerra, con un elenco de lujo. Y este elenco de lujo, disimulando su excitación actoral por el festival de cine, ya comenta acerca de quién tiene entradas para la Fiesta. La Madre que lo parió. La fiesta. Verdad que la invitación es a la perra inauguración, y no a la fiesta. Me siento en la leche hervida. Maldita sea. Pero si estoy trabajando en un montaje para la Católica a mostrar en Centro Cultural, so por qué mangos yo no estoy invitada al fu%$# k1n tono. Supra may. Voy parando las antenas y me entero que casi nadie tiene entradas para esta fiesta, que no ha habido presupuesto y blablabla. Osea que no soy sólo yo. La fiesta es sólo para los que salen en las películas del festival.
Depresión. Malaleche.
Lo pienso. Un par de días. Me provoca sinceramente no ir al festival. Tanto arreglarse para ni siquiera beber un pisco entre amigos. O tener que andar colándose como si una fuera una quinceañera. Tenía ganas de quedarme en mi casa, en medias, comiendo fideos y panqueques en mi cama, mirándo VH1 y maldiciendo el mundo. Pero desgraciadamente, no podía imaginarme el cuadro con una K. feliz. K. está triste comiendo su fideo en cama. A pesar del pelo actualmente corto me veo con bata de flores y ruleros.
Ni k-gando. Yo me visto. Yo me cambio, me baño y me peino. Y me perfumo. Y me maquillo. Y si nadie me da bola y no puedo entrar a la fiesta del Cine de mi ciudad, pues qué karaxo. Me iré elegantísima al Bolívar, a beberme un Pisco Sour en esa barra tan guapa. Y que se jodan. Esta es mi vida. Mi película. Y quiero que tenga arte. Poesía. Brío. Luz. Así que cenicienta dijo: Jódanse pelotudos. Si no me quieren se la pierden y se puso tacones. Y perfume. Y salió a la calle en su cafetera mágica.
Todo comenzó a ir bien. Me fuí del ensayo a la casa de mi amiga D. Ella, para bendiciones, me vió y me prestó un montón de detallitos que me hicierton la noche. Unas medias de coquitos, una correa fina. Un buen bra. Esta es una amiga de verdad, pienso yo. Y se lo agradezco a mi hada madrina. Al rato me llama otra colega, la guapa A. y me dice K!!! vamos juntas al festival. Como A. tiene contactos asumo que me está diciendo para ir a la fiesta y salto en una pata. Viene a recogerme al rato, y nos vamos al auditorio del Santa Ursula. Llegamos tarde. Pero eso no importa. Estamos allí. En el camino me entero de que NO HAY ENTRADAS para la fiesta así que a llorar al muro. Pero la buena A. me dice sinceramente que buscará cómo hacerme entrar. No te preocupes, le digo. Vestida, con tacos y un pisco me veo entrando por la cocina disfrazada de mesero al cóctel del Country Club, sólo por pura anarquía, sólo por joder, sólo porque no me gusta sentirme un fantasma, me colo.
No hay entradas pero en la puerta está X. quién me estima. Me encuentro a la salida de la inauguración con dos iracundos barranquinos, dos díscolos hijos de la noche, la risa y el desbarranque, grandes coreógrafos y bailarines. Q alegría, mis compañeros de locura. Así que con ellos, que estaban guapísimos y bañados para la ocasión, la noche se pintó de lujo. En el camino nos encontramos con una actriz con mucho estilo, mayor que nosotros. ¿A dónde vas? A la fiesta. ¿Qué? ¿Tienes entrada? No, responde. Pero quién no me va a dejar entrar a mí, dice M. B. con su sonrisa de aplausos, su cabello brillante y su abrigo con pieles ecológicas. ¡Bien M! Le gritamos, Así se habla, esa es la actitud y nos vamos riendo hacia el cocktel. Poco antes de llegar le digo a mi amigo José R. Este es el momento, Cholé. Ahora sabremos. Si entraremos y beberemos champagnes o si acabaremos inevitablemente en el Juanito, pisqueando, con gusto pero exiliados. ¡Ay! me dice, ¡cállate! Me haces sentir calambres en la barriga. Así es más rico, pienso. Vamos caminando por el hall del hotel, volteo y veo a Ceci B. que viene con nosotros, tan guapa, tan vital, tan mujer. José y su sonrisa del millón de dólares, ultrafashion. Y yo sólo tengo que levantar la cara. Levantar la cara. Veníamos riendo porque nos decíamos: Ya, ahora no pongas tu cara de ¿Puedo entrar por favorcito? No tengo entrada pero hoy me he bañao para venir...ya pe...déjame entrar...jajaja, venimos riendo. K-gaos del susto. Ya nos acercamos . Allí está efectivamente X. Me ve llegar y con un esfuerzo oceánico le sonrío con glamour y le pido con una pestaña, no te pases, déjame entrar. El sonríe con su bigote y mueve la punta de su pie izquierdo, dejándome pasar. Gracias le digo bajito, con una sonrisa para siempre y detrás mío veo que entran sin dificultad los iracundos barranquinos. Como un viento, directo a la barra.

Espectacular. Ya estamos dentro. ¿Todos bien? ¿Todos contentos? Vamos a beber. En la barra nos encontramos en una con un actor cubano de lujo, muy agradable. Bebemos. Miramos. Hay un montón de gente. Fotos, flashes laborales. Hubiera sido irónico que no me dejaran entrar. La única vez que trabajé en cine comercial fue en este hotel, en la peli Black Butterfly.

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Cinco recuerdos importantes de esa noche:

°Un chileno, un camarógrafo espectacular que ha venido a invertir su vida en el Perú, el popular Chico de los Planos Bonitos, me dice: Escribe de esto en tu blog. No puede ser que por falta de presupuesto el festival no se luzca. Este es el festival de cine de Lima. Es un festival importante, ¿cachay?. Comprendo. Y tiene razón. Me quedo pensando en eso.

°Veo a la organizadora de las fiestas, una dama elegante, agotada, sentada en un sofá, odiándome a mí y a todos los colados.

°En un momento le doy un stiker de Kojudópolis a un director de cine y a una mujer. El me pregunta si tengo un blog y ella le responde Sí, es que ahora está de moda que las actrices escriban y tengan su blog. Señorita, éste es el post # 201 en Kojudópolis, el blog existe desde hace años. Y antes de éste, tuve otro, al que le tenía miedo. Infórmese primero. jjjj.

°Converso con un director a quien admiro mucho porque es una tipo bastante misterioso, talentoso e introvertido. Ultrafamoso, megacelebrado. Le pregunto qué va a hacer en teatro este año y me dice Nada, no me han dado sala. Juat? Le dije, La próxima vez que me nieguen sala a mí, no me voy a deprimir más.

°Había un director al que quería conocer en especial. El director de Camino, J. F. Esa noche todo fue muy rápido y no me atreví a hablarle mucho. Además estaba con sus dos hijas adolescentes y no quería ser molesta. Pero conseguí juntar valor para acercarme y darle un sticker de Kojudópolis. Esa noche todo fue muy rápido y no me atreví a hablarle mucho, pero conseguí juntar valor para acercarme,

y soñar.

Qué linda la semana del cine en Lima.
;)